Osteopatía y maternidad

Gracias a técnicas especializadas la osteopatía puede favorecer la fertilidad, hacer un buen acompañamiento en el embarazo, preparar el parto y ayudar en el post-parto.

“El movimiento es la vida”, una gran frase de la osteopatía que se aplica extraordinariamente bien a los procesos de fecundación, embarazo y parto.

En esta etapa de la vida en la que ocurren tantos cambios físicos, metabólicos, hormonales y emocionales, la osteopatía puede ser de gran ayuda. El cuerpo se pone a prueba, se activan mecanismos específicos que sólo funcionan en esta etapa, y a menudo necesita un acompañamiento especializado.

Osteopatía y fertilidad

Para que la fecundación se pueda producir necesitamos una correcta maduración de los óvulos dentro de los ovarios, una correcta movilidad de las trompas de Falopio y del útero… También un buen tejido endometrial en el que se implantará el óvulo ya fecundado.

Resumiendo mucho, es imprescindible que:

  1. El sistema endocrino funcione correctamente.
  2. Útero y ovarios estén bien vascularizados y no tengan restricciones importantes de movilidad.

Por estas razones, la osteopatía puede tener un papel clave para facilitar las condiciones necesarias para que el embarazo sea posible y pueda evolucionar con éxito.

Osteopatía y embarazo

El embarazo es un proceso natural que en unas condiciones ideales no comporta grandes molestias ni dolores. Quizás “por tradición” estamos demasiado acostumbrados a que los dolores durante el embarazo son normales y no hay más remedio que aguantarlos. Lo mismo ocurre con los dolores menstruales…

A partir del tercer mes y hasta el final del embarazo pueden aparecer dolores en la región abdominal baja y en el pubis.

Dolor lumbar y ciática son síntomas que se pueden manifestar también en el transcurso del embarazo, sobre todo a partir del quinto mes. El útero va creciendo y en su expansión va apropiándose el espacio que antes ocupaban otros órganos y vísceras. Es imprescindible que el movimiento entre todas estas estructuras se realice correctamente, así como tener bien conservada la mecánica pélvica (articulaciones sacroilíacas, pubis) y lumbar, para que todo el conjunto se vaya adaptando a las necesidades de este proceso.

Cuando aparecen estos síntomas hay que pensar que puede haber una restricción de movilidad en alguna estructura. El osteópata puede detectar este problema y fácilmente conseguir una mejora rápida y duradera.

Ciática en embarazadas

Cuando hablamos de ciática en embarazadas normalmente nos referimos a un dolor localizado en la zona glútea que desciende hacia la parte posterior del muslo. Raramente llega más allá de la rodilla. Se trata pues de una “falsa ciática”, que aunque pueda ser muy molesta tiene tres posibles causas que se resuelven fácilmente con el tratamiento osteopático:

  1. Bloqueo en las articulaciones sacroilíacas.
  2. El útero en su expansión se puede lateralizar, a menudo a causa de adherencias peritoneales, aumentando mucho la presión sobre arterias, venas y nervios de un lado.
  3. La posición del feto dentro del útero puede ser muy fija. En este caso, este no ocupa bien todo el espacio uterino y se queda muy en contacto con la pared de uno de los lados, con tres posibles consecuencias:
  • Falsa ciática
  • Irritación de la pared uterina, contracciones prematuras excesivas, el útero se pone duro muchas veces al dia.
  • Moldeamiento fetal, futuras desviaciones de columna.

Osteopatía y parto

Evidentemente, el osteópata no estará presente en el momento del parto!

El parto, una de las cosas más maravillosas… Es un proceso natural y fisiológico que , en una gran mayoría de casos, se desarrolla sin obstáculos. El osteópata tiene la capacidad de acompañar a la embarazada en su bienestar hasta el momento del parto.

Si ella llega en las mejores condiciones físicas para afrontarlo, sin “ciática”, con la mecánica pélvica bien conservada y la musculatura del suelo pélvico bien equilibrada, estamos favoreciendo en gran medida un parto natural sin complicaciones.

Osteopatía en post-parto

La magia de la vida… Todo está pensado para que las estructuras que han experimentado cambios a lo largo del embarazo vayan recuperando de nuevo su posición original. Las adaptaciones que habían hecho la columna lumbar, la pelvis, las costillas, los órganos como estómago e hígado, e incluso la columna cervical, se van desapareciendo a medida que la función del cuerpo se normaliza.

No obstante, teniendo en cuenta que el embarazo y el parto son los fenómenos naturales que más impacto pueden tener en el cuerpo de una mujer, es muy recomendable hacer una visita al osteópata. A veces el cuerpo encuentra dificultades para recuperar su estado inicial de forma completa, mucho más aún si han aparecido complicaciones antes o durante el parto.

Esta visita de revisión post-parto se realizará normalmente pasada la “cuarentena”. A ser posible, en la misma sesión se hará una primera revisión al bebé.